Escoger Una Mascota: Gu?a Para Perros y Gatos - Gatos

By Trevor Turner, BVetMed, MRCVS, FRSH, MCIArb, MAE.

Pueden evitarse muchos problemas de salud y de comportamiento en las mascotas pidiendo consejo antes de adquirirlas. Estos consejos ayudan, primero, a seleccionar la mejor mascota para una familia en particular, para lo cual hay que tener en cuenta la especie, la raza, la edad y el sexo del animal, y también el lugar en el que se va a adquirir. En segundo lugar, ofrecen información útil sobre cómo preparar el hogar antes de la llegada del animal, teniendo en cuenta el alojamiento, la cama, la alimentación, el ejercicio y los cuidados que necesita para mantener su salud.

¿Qué raza es mejor para mi hogar y mi familia?escoger_una_mascota-1

Lo primero que hay que decidir es escoger entre una raza pura o un cruce (mestizo). Si se selecciona un cruce (por ejemplo, en una protectora) se evitan algunos problemas derivados de la endogamia y el coste inicial de adquisición es considerablemente menor que si se compra un cachorro con pedigrí. Sin embargo, escoger un animal de raza pura con ascendencia conocida ofrece la posibilidad de predecir el comportamiento y las características físicas que tendrá el perro o el gato adulto. Este factor tiene importancia al escoger un cachorro ya que, si no se conocen los progenitores, es extremadamente difícil predecir el tamaño, la salud o el carácter que desarrollará el animal al crecer. Evidentemente, si se escoge un animal adulto sí pueden valorarse las características físicas, la salud y el comportamiento, por lo que es una opción a tener en cuenta.

Si se decide adquirir un animal de una raza pura, debería escogerse la que por su comportamiento y por sus características físicas mejor se acopla a la familia. El comportamiento es difícil de determinar debido al gran número de razas existentes y a la amplia variación de líneas dentro de una misma raza. En cambio, las características físicas son más predecibles y se puede seleccionar la raza cuya apariencia física, incluyendo tamaño, forma y tipo de pelo, gusta más. También se puede tener en cuenta que sea una raza adecuada para el estilo de vida y otras circunstancias del futuro propietario. Otro punto importante a considerar es la esperanza de vida, ya que la diferencia entre razas es considerable (en general las gigantes viven bastante menos que las pequeñas).

Antes de ir al veterinario a pedir consejo sobre qué animal elegir, es recomendable investigar y leer un poco. Hay gran variedad de libros (y ahora CD-ROM) que le pueden ayudar en el proceso de selección. Algunos libros se centran en las características físicas e historia de la raza, otros, en asuntos relacionados con la salud, y otros, en las particularidades del comportamiento de cada raza. Incluso hay libros que aconsejan sobre cómo elegir un animal de un criador, de una protectora o de una camada y cómo valorar si la procedencia es adecuada. En relación con el comportamiento, los factores a considerar en el momento de decidir entre una raza u otra son el nivel de actividad, el ejercicio que necesita y cualquier información disponible sobre problemas  de comportamiento de la raza. Igualmente, conviene informarse sobre el origen de la raza y la función que tenía originalmente cuando se desarrolló para saber qué rasgos del carácter se intentaron acentuar.

Una vez se ha limitado la selección a unas pocas razas, el veterinario puede explicar los problemas físicos y de comportamiento más frecuentes y, con toda la información, puede tomarse la decisión final.

¿Qué edad debe tener la mascota al adquirirla?

Perros

El periodo más importante del desarrollo de los cachorros, por lo que se refiere al comportamiento social, es aproximadamente entre las 4 y 14 semanas de edad. Para que un cachorro crezca como un miembro aceptable de la sociedad, necesita aprovechar al máximo este periodo. Con el fin de desarrollar relaciones sociales sanas con otros perros y aprender a comunicarse correctamente con ellos, un cachorro necesita socializarse con otros miembros de su misma especie y este proceso empieza con la madre y sus hermanos. Pasar tiempo con la camada es por tanto un punto importante, pero el cachorro va a crecer en un mundo humano y también tiene que aprender a relacionarse con personas, con otros animales domésticos (por ejemplo, gatos) y con el entorno. Para conseguirlo, la socialización satisfactoria entre humanos y animales y la habituación al entorno deben producirse dentro del periodo sensible de la socialización, esto es, antes de las 14 semanas de edad.

Teniendo en cuenta que hay que llegar a un compromiso entre estos dos aspectos importantes del desarrollo social del cachorro, se considera que el momento ideal para seleccionar y adquirir un cachorro es entre las 6 y 8 semanas de edad. De esta forma hay tiempo suficiente para que el cachorro se adapte a la nueva casa y se vincule a la nueva familia antes de que termine el periodo de socialización primaria. Es importante recordar que el cachorro también necesita aprender sobre personas y animales fuera de su grupo social de la misma forma que sobre el entorno en el que va a vivir. Las primeras semanas en el nuevo hogar son, por lo tanto, críticas para el desarrollo y la socialización del cachorro y es prioritario habituarlo en ese periodo.

Gatos

escoger_una_mascota-3

Un gatito debería idealmente adquirirse sobre las 7 semanas de edad, ya que el periodo más receptivo para su socialización está entre las 2 y 7 semanas de edad. Pero si esto no es posible (por ejemplo, gatos con pedigrí) debería preguntarse al cuidador detenidamente para asegurarse de que ha habido contactos adecuados con personas antes de las 7 semanas de edad. Al igual que en los cachorros de perro, es importante que los gatitos tengan un contacto social adecuado con la madre y con el resto de la camada durante el periodo de socialización, para aprender a comunicarse con animales de su propia especie. Por esta razón, no es aconsejable adquirir un gatito antes de las 6 semanas de edad, en especial si va a entrar a una casa en la que no hay otros gatos.

Adoptando un gato o un perro adulto se pueden evitar algunos de los problemas que comporta tener un perrito o un gatito a casa. Esto es especialmente cierto en perros, en los que el tiempo requerido para entrenar a un cachorro es considerable. Es difícil para una familia que pasa la mayor parte del día fuera de casa satisfacer las necesidades de juego, comida, evacuación, y ejercicio que requieren los cachorros. En estos casos, un animal adulto parece la solución perfecta. No obstante, un adulto que ha tenido una socialización o un entrenamiento insuficientes o inapropiados puede tener problemas de comportamiento difíciles de resolver. Para propietarios que están preparados y que pueden hacer frente a las demandas de un gatito o un perrito en crecimiento, es muy recomendable adquirir el animal durante el periodo de socialización primaria.

¿Macho o hembra?

En muchos aspectos, la elección del sexo de la nueva mascota depende de las preferencias del futuro propietario, pero hay algunos factores que hay que tener en cuenta. En perros, dentro de una misma raza, los machos tienden a ser ligeramente más grandes de tamaño y algo más dominantes dentro de un grupo social que las hembras. Hay ciertos comportamientos indeseables que  por lo común se manifiestan más en machos, pero cuya incidencia se puede reducirse con la castración. Del mismo modo, la castración en gatos atenúa conductas que por lo general muestran más los machos, como son las salidas prolongadas, las peleas y el marcaje con orina.

¿Dónde debo adquirir mi mascota?

Seguramente, la razón más importante para adquirir un animal de un criador o de una casa particular es poder observar las características físicas, la salud y el carácter de los padres. Es recomendable elegir un criador comunicativo, dispuesto a contestar a cualquier pregunta y que permita al comprador hacer un recorrido por el criadero y conocer a los padres. En ambas situaciones suele ser posible examinar el entorno inicial, lo que permite valorar si el contacto con personas ha sido adecuado. Un trato personal con el criador puede ser útil en caso de que surjan problemas en el futuro.

Los perros y los gatos adquiridos a través de las tiendas de animales o de centros de recogida, quizá no han recibido suficiente socialización primaria y habituación y pueden tener más tendencia a mostrar problemas de comportamiento en el futuro. Además, estos animales tienen mayor riesgo de contraer enfermedades. Es improbable que se pueda observar a los padres y la falta de información genética es limitante a la hora de predecir el comportamiento que tendrán en el futuro.

¿Cómo decido qué animal elegir?

La utilidad y la eficacia de las pruebas de valoración de la conducta en cachorros son muy discutibles, dado que muchos problemas de comportamiento y de salud no aparecen hasta que el animal madura. Hay numerosas pruebas de conducta para cachorros, pero no hay ninguna evidencia de que puedan predecir el comportamiento futuro. Las pruebas pueden ayudar a identificar problemas que se presentarán ya a una edad temprana, aunque quizás la mejor aproximación para evaluar los cachorros es el simple sentido común: observar y manipular a los perros nos ayuda a determinar cuales son los más sociables, los más juguetones o los más cariñosos. Aquellos con rasgos indeseables como timidez o con mordisqueo incontrolable serán menos convenientes.

En gatos se han descrito tres tipos de personalidad: (a) sociable, (b) tímido y hostil ó (c) activos y agresivos. Como el periodo de socialización termina antes que en los perros, la manipulación temprana es muy importante. Las pruebas de valoración para gatitos pueden ser de interés a la hora de determinar los efectos de la genética, la socialización y el manejo temprano. Si el gato tolera que lo cojan y lo acaricien sin apenas miedo o resistencia es más probable que sea un buen animal para la familia. En cambio, deberían evitarse gatos miedosos, tímidos, difíciles de sujetar o agresivos.

En el caso de un animal joven o adulto, las pruebas son más precisas y por tanto tienen más valor. Con ellas se evalúan  las influencias anteriores por lo que respecta a la socialización, la habituación, el adiestramiento y las experiencias, y también se puede valorar cierto grado de maduración y desarrollo.

Related Articles