Miedo y Fobias a Animales y Personas - Perros

By Trevor Turner, BVetMed, MRCVS, FRSH, MCIArb, MAE.

Mi perro tiene miedo de la gente y de otros animales,  ¿a qué puede ser debido?

 

Hay muchas razones por las que los perros desarrollan miedo a personas y a otros animales. En primer lugar, hay que recordar que la socialización durante el desarrollo del cachorro es esencial. Si el perro no ha recibido interacciones positivas, constantes y adecuadas con personas y otros animales, es probable que tenga reacciones de miedo en el futuro. En realidad, los miedos pueden ser muy específicos, ya que un perro puede estar bien socializado a un "tipo" particular de personas (por ejemplo, hombres), pero asustarse de los niños, mujeres, adolescentes o personas de otras razas.

Por otro lado, los perros aprenden de las situaciones que van experimentando, y un solo episodio traumático puede dar lugar a una conducta que se generalice a situaciones similares. Un ejemplo típico es el de un perro que recibe un mordisco de otro y a partir de ese momento siente aprensión y miedo en presencia de cualquier perro.

En ocasiones, una serie de acontecimientos desagradables se asocia a una persona o un animal y se produce un aumento de la conducta de miedo. Por ejemplo, si un perro recibe siempre un castigo en presencia de una persona o un animal determinados, puede asociar el estímulo (persona u otro animal) con la consecuencia desagradable (castigo). La asociación es especialmente fuerte si se utilizan mecanismos dolorosos para el castigo, como los collares de pinchos o eléctricos.

¿Puedo evitar la aparición de fobias?

Tal como se ha comentado, la socialización es el principio básico para que un perro se sienta cómodo con su entorno. Los encuentros frecuentes y agradables con personas de todos tipos y edades puede evitar que aparezcan miedos en el futuro. Los contactos deben empezar antes de los 3 meses de edad y mantenerse durante el primer año. También es conveniente exponer al perro al mayor número posible de ambientes, entornos y sonidos para acostumbrarlo a diversas situaciones antes de que aparezcan las fobias.

¿Qué signos puede mostrar mi perro cuando está asustado?

Cuando un perro está asustado suele encogerse, desviar la mirada, mantener la cola entre las piernas e incluso temblar o jadear. En otras ocasiones los síntomas son más sutiles. Cuando un perro está muy asustado por la aproximación de un extraño que pretende acariciarle, baja la cabeza y mira hacia otro lado; en un principio puede tolerar las caricias, pero si el contacto persiste o siente que no puede escapar, existe el riesgo de que se produzca una agresión. Es importante reconocer las señales de incomodidad del perro (retroceder lentamente, esconderse detrás del propietario, lamerse los labios o bostezar). La actitud de fruncir los labios y gruñir puede indicar una  agresión, pero también puede ser un signo de miedo.

¿Qué información se necesita para tratar estos miedos?

En perros que muestran un miedo extremo, y en especial en casos de agresión, es imprescindible la ayuda de un veterinario especialista o de un adiestrador. Si el miedo es leve, la intervención precoz de los propietarios puede ser suficiente para evitar que empeore. Lo más importante es identificar el estímulo que hace que el animal se asuste, lo que no siempre es fácil. ¿De qué personas o animales se asusta el perro? ¿En qué lugares suele tener miedo? Es habitual que determinadas situaciones, personas o lugares desencadenen la reacción de miedo con mayor frecuencia que otras.

Para que el tratamiento sea lo más eficaz posible, es importante graduar el nivel de miedo que induce cada estímulo. En otras palabras, hay que identificar las situaciones, personas, lugares y animales que causan reacciones leves de miedo y, sobre todo, las que dan lugar a reacciones de miedo intenso.

El siguiente paso consiste en identificar qué factores pueden estar reforzando la conducta de miedo. Algunos propietarios refuerzan la conducta al intentar tranquilizar a sus mascotas hablándoles en un tono determinado o acariciándolas. La eliminación del estímulo también es un refuerzo muy eficaz, y es lo que sucede con los perros que se muestran agresivos y consiguen que el estímulo desaparezca con su actitud.

¿Qué hay que hacer una vez identificados los estímulos?

Antes de empezar un programa de modificación de la conducta es necesario controlar al perro y poder comunicarse con él. Para ello se requiere cierto adiestramiento y en algunos casos se necesita un collar de cabeza. Con el adiestramiento se pretende que el perro asuma posturas corporales y expresiones de felicidad y relajación cuando se le da una orden determinada. Una vez se conseguido el objetivo con la ayuda de recompensas, los premios se pueden dar de forma intermitente.

Por último, se aplican técnicas de desensibilización y contra-condicionamiento para acostumbrar al perro al estímulo que le asusta. Hay que hacerlo muy lentamente, y aquí es donde la gradación establecida anteriormente es muy útil. Se empieza por exponer al perro a niveles muy bajos del estímulo, tan bajos que no le asusten. En ese momento se premia al perro por mantenerse sentado en silencio y calmado. Poco a poco, siempre que el animal no se asuste, se va aumentando la intensidad del estímulo. El objetivo es recompensar la conducta adecuada para que el perro asocie el estímulo que le provocaba miedo con recompensas y relajación. La aparición de signos de miedo durante el adiestramiento implica que se ha ido demasiado rápido y el problema puede empeorar. El uso de una correa y un collar de cabeza puede ayudar a que el programa de adiestramiento funcione, ya que ofrecen un mejor control y ayudan a que el perro mantenga la atención en el propietario con mayor eficacia que el simple uso de órdenes y recompensas.

¿Qué debo hacer si el estímulo que asusta a mi perro aparece cuando no lo estoy adiestrando?

Cada vez que el perro experimenta el estímulo y reacciona con miedo, la conducta se refuerza. Durante el tratamiento hay que evitar los estímulos que provocan el miedo siempre que sea posible. En ocasiones es imprescindible confinar al perro en determinadas situaciones (niños que vienen a casa, personas extrañas, etc.), acortar los paseos o sacarlo a pasear a horas menos concurridas.

Si, a pesar de todo, se origina una situación en la que el perro manifiesta miedo, hay que evitar hablarle en tono conciliador para calmarlo o acariciarlo, ya que no se consigue calmar al animal y se refuerza la conducta. Si dispone de una correa y un collar de cabeza hay que intentar que el perro mire al propietario y darle la orden de sentarse para que aprenda a ignorar o aceptar el estímulo.

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