Agresividad Hacia Miembros de la Familia Agresividad Por Dominancia - Perros

By Trevor Turner, BVetMed, MRCVS, FRSH, MCIArb, MAE.

¿Qué es la "dominancia jerárquica"?agresividad_por_dominancia_1

El concepto de dominancia jerárquica se utiliza para describir la relación entre grupos de animales. Los animales que viven en grupo la utilizan por sus ventajas a la hora de criar, conseguir comida y defenderse contra los depredadores. Dado que los miembros del grupo se benefician mutuamente, resultaría contraproducente pelear entre ellos y arriesgarse a quedar lesionados. Por eso resulta útil establecer un sistema de comunicación y distribución de los recursos. Los animales que están en rangos superiores tienen preferencia sobre los que están por debajo para conseguir comida, lugares de descanso, pareja y posesiones. El rango de un individuo depende de factores genéticos, de la edad y del desenlace de enfrentamientos previos.

En un encuentro entre dos animales en el que uno de ellos actúa como dominante, tiene que haber otro que actúe como subordinado, de lo contrario tendrá lugar una pelea. Las principales posturas de sumisión o subordinación son las siguientes: desviar la mirada, bajar la cabeza y el cuerpo en general, agacharse, tumbarse exponiendo el abdomen y orinarse. La jerarquía se desarrolla en un grupo completo de perros. La dominancia o liderazgo hacen referencia a la relación relativa de dos individuos. El que un perro sea subordinado a otro perro o a una persona, no guarda relación con que ese mismo perro sea subordinado a una persona o perro diferente del anterior.

¿Cómo se aplica esto a nuestros hogares?

Los perros han evolucionado de los lobos, que tienden a vivir en grupos, por lo que evolutiva y genéticamente son capaces de vivir formando parte de un grupo social y están preparados para aceptar a un líder. Todas las personas de la casa han de ser líderes con relación al perro, de lo contrario éste asumirá que no hay problemas en tener prioridad sobre los recursos (comida, sitios de descanso, posesiones preferidas, compañía y territorio) o sobre las cosas que él considere importantes. En estos casos, el problema es que el perro puede responder de forma agresiva cuando se le cuestiona el control. Si asumen la responsabilidad de ser líderes, estos perros pueden volverse más posesivos, protectores y ansiosos que aquellos que confían el control del hogar a otro individuo.

¿Cómo puedo evitar que mi perro sea dominante?agresividad_por_dominancia_3

Los perros están preparados por naturaleza para tener un líder. Por lo tanto, es importante que los propietarios adopten la posición de líderes lo antes posible en su relación con el perro. Ser líder no implica aplicar castigos ni tener una actitud especialmente dura, sino ejercer control sobre los recursos y el comportamiento, lo que se consigue mediante adiestramiento y supervisión. La predisposición genética y el temperamento individual del cachorro determinarán los métodos que necesita el propietario para establecerse como líder.

¿Cómo puedo saber si mi perro está desarrollando dominancia?

Por lo general, las primeras señales de agresividad por dominancia son sutiles. Los perros suelen utilizar expresiones faciales y posturas corporales para indicar su intención. Los desafíos entre el perro y el propietario por la dominancia suelen empezar con un contacto visual prolongado y gruñidos ante la comida, los lugares de descanso o el espacio personal. Si el propietario suele ceder y alguna vez  mantiene el reto, el perro puede aumentar su nivel de agresividad y llegar a atacar y morder. Estas muestras agresivas no se dan en todas las situaciones, sino sólo en aquellas en las que el perro percibe una amenaza a su autoridad.

La agresión en estos contextos no es el único criterio para determinar si el perro muestra agresividad por dominancia. La postura corporal del perro durante el encuentro es muy importante. Los perros dominantes mantienen el contacto visual, están tensos y con la cola alta. Los perros con miedo  pueden mostrar agresividad en las mismas situaciones que los que lo hacen por dominancia, pero su postura corporal será más típica de miedo, con la cabeza baja y la cola entre las piernas. También es posible que el perro manifieste a la vez distintas formas de agresividad, ya que muchos animales que exhiben dominancia y agresión están ansiosos y asustados. No todos los perros dominantes se comportan del mismo modo, por lo que hay que tener en cuenta la postura corporal del perro, la forma de responder a los desafíos, el lugar en el que ocurren y la persona a la que van dirigidos. Existe la posibilidad de que un perro muestre conductas agresivas en un contexto determinado, por ejemplo, sólo ante la comida. En esos casos es probable que no se trate de un problema de dominancia puro, sino de un comportamiento de defensa de la comida. También es posible que un perro sólo muestre agresividad por dominancia ante algunos miembros de la familia y sea subordinado ante otros.

¿Qué debo hacer si creo que mi perro es dominante o muestra agresividad por dominancia?

agresividad_por_dominancia_2Todos los encuentros agresivos deberían tomarse en serio, ya que los perros pueden provocar lesiones muy graves cuando muerden. Enfrentarse al perro físicamente o forzándole a obedecer puede empeorar la situación y aumentar su agresividad. Por eso es importante identificar y evitar todas las situaciones potencialmente peligrosas.

Para empezar el tratamiento, el propietario debe intentar conseguir el control de esas situaciones y del perro, lo que no significa ejercer un control físico duro. En primer lugar, han de identificarse todas las situaciones que pueden desencadenar la agresividad y evitar que se den esas circunstancias o controlar al perro cuando surjan. Un collar de cabeza y una correa resultan útiles para controlar al perro dentro de casa.

En segundo lugar, deben identificarse y corregirse las situaciones en las que el perro no es agresivo pero se comporta como dominante. No se debería permitir a los perros estar en los sofás o camas; son lugares que utilizan las personas y, por lo tanto, pueden generarse situaciones potenciales de agresividad. Los perros deben dormir en su manta o en una zona propia. A los perros que tiran de la correa durante los paseos hay que enseñarles a ir justo por detrás del propietario y seguirle. Si un perro toma una posición inadecuada en la casa, no debe provocarse una disputa a partir de esa situación; es mejor evitar el conflicto que reforzar el estatus del perro.

En tercer lugar, deben eliminarse todos los privilegios. Afecto, atención, halagos, comida, premios, juego y juguetes son recompensas que el perro tiene que ganarse. Si las recompensas se ofrecen cuando el perro las solicita, es él el que está controlando al propietario y se está recompensando una conducta dominante. Para readiestrar a estos perros y enseñarles que el propietario tiene el control, los animales han  de aprender que sólo recibirán los recursos si se los ganan con obediencia y acciones subordinadas en presencia de los propietarios. Las recompensas son más eficaces si dejan de utilizarse durante un tiempo. Igual que no es conveniente adiestrar a un perro con un trocito de comida justo después de que haya comido, es poco útil utilizar el afecto y el juego como premios con un perro que recibe afecto y atención cada vez que lo solicita. Así, si el perro busca atención, afecto, juego o comida, es preferible ignorarlo. En todos los perros es importante el adiestramiento de obediencia basado en recompensas, pero resulta esencial en los animales desobedientes o dominantes. Hay que empezar en ambientes seguros y sin distracciones y ofrecer premios por las tareas realizadas. Una vez conseguida la obediencia en un ambiente controlado, hay que practicar las mismas órdenes en diferentes lugares y con todos los miembros de la familia.

En cuarto lugar, es imprescindible que el propietario tenga el control. Para ello debe controlar los recursos que desea el perro y obligarle a que se los gane, lo que implica que antes de que el perro consiga lo que quiere, hay que pedirle que haga algo (ven, siéntate, ve a  tu sitio, etc.). Las recompensas sólo se ofrecen si el perro obedece una orden. Si el animal aprende a anticiparse a la rutina del propietario, hay que cambiar la rutina. Por ejemplo, muchos propietarios dan la orden de sentarse antes de ofrecer la comida y el perro aprende rápidamente a sentarse anticipándose a las órdenes del dueño. Para evitarlo hay que pedirle que cambie de postura antes de ofrecer la recompensa.

¿Qué puedo hacer si el perro no obedece las órdenes?

Es fundamental que los propietarios eviten cualquier enfrentamiento o situación que pueda provocar ataques con lesiones o en la que no puedan tener un control absoluto. Cada vez que el perro deja de cumplir una orden, refuerza su control sobre el propietario. En estos casos, se puede conseguir un control más inmediato utilizando un collar de cabeza y una correa larga. El collar puede usarse para los paseos, pero también cuando el animal está en casa con el propietario. Cada vez que se da una orden y el perro no obedece, la correa y el collar pueden servir para conseguir la respuesta adecuada. Es un método excelente para asegurarse el control físico, pero el éxito completo sólo se consigue cuando el perro responde a las órdenes verbales sin necesidad de llevar la correa y el collar. En otras palabras, si el perro responde a lo que se le ordena, se le recompensa, pero si no obedece, se le obliga a presentar la respuesta deseada utilizando el collar y la correa (nunca el castigo). El ejercicio se repite hasta que el perro responde a la orden por sí solo. Otra ventaja importante del collar de cabeza es que proporciona seguridad: tirando hacia arriba y hacia delante permite cerrar la boca del perro. Con la ayuda del collar se le puede mirar a los ojos, soltarlo y recompensarlo por los actos de subordinación y las respuestas correctas ante una orden. Como complemento se puede utilizar un bozal  de rejilla para aumentar la seguridad.

Estos pasos ayudan a reducir las conductas agresivas en algunos perros, pero si la agresión por dominancia lleva mucho tiempo establecida o el animal ha provocado lesiones a los propietarios, es necesario que intervenga un profesional. Aunque no hay fármacos que reduzcan específicamente la dominancia o que ayuden a los propietarios a conseguir el liderazgo, el tratamiento médico puede ser útil en algunos casos como ayuda a la terapia de comportamiento.

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