Miedo y Fobias a ruidos y Lugares - Perros

By Trevor Turner, BVetMed, MRCVS, FRSH, MCIArb, MAE.

¿Por qué hay perros que tienen miedo de los ruidos fuertes como fuegos artificiales o truenos?

Los miedos y fobias se pueden desarrollar a partir de una sola experiencia (shock condicionado) o a partir de una exposición continuada a un estímulo que provoca miedo. Hay perros que presentan síntomas leves, como ir de un lado a otro o jadear, y otros que muestran mayor agitación y pueden llegar a manifestar conductas destructivas y mostrar reacciones de pánico. Estas fobias pueden desarrollarse debido a una sensibilidad individual al estímulo (por ejemplo, predisposición genética) o a la exposición a una experiencia altamente traumática asociada al estímulo. La intensidad de la respuesta puede acentuarse si los propietarios refuerzan inadvertidamente la conducta mediante afecto o atención en exposiciones sucesivas.

¿Qué puedo hacer si mi mascota muestra este tipo de fobia?

Por lo general, en estos casos es necesario acudir a un veterinario o a un especialista en comportamiento animal, ya que existe el riesgo de que los perros se autolesionen o provoquen destrozos cuando aparece el estímulo, en especial si los propietarios no están en la casa. Se pueden utilizar fármacos si se prevé que el animal se quedará solo cuando se produzca el estímulo.

¿Puedo tratar al perro yo mismo?

En la mayoría de los casos es mejor acudir a un profesional, ya que los tratamientos suelen llevar mucho tiempo. De todos modos, tras recibir los consejos del veterinario, es el propietario el que aplica la terapia en el domicilio. En primer lugar hay que identificar los estímulos que asustan al animal. En el caso de los fuegos artificiales y los disparos, la causa es evidente, pero en el caso de los truenos, el estímulo puede ser el oscurecimiento del cielo, la bajada de la presión atmosférica o el viento, y todas esas situaciones se dan antes de la tormenta. Algunas fobias hacen que los perros se nieguen a salir a la calle para evitar enfrentarse a determinadas imágenes o ruidos que es necesario identificar.

Para establecer un sistema de readiestramiento eficaz es necesario reproducir las situaciones que generan la fobia. El control y la reproducción de los estímulos es una de las partes más difíciles del programa. En algunos casos no es posible controlar por completo el estímulo (por ejemplo, las bajas presiones de las tormentas) y es difícil establecer un programa de tratamiento óptimo. En el caso de las fobias a los petardos o fuegos artificiales se pueden utilizar grabaciones para desensibilizar a los animales. Los estímulos visuales se pueden controlar manteniendo al perro en una habitación oscura. En la mayoría de los casos lo más fácil es utilizar grabaciones comerciales para desensibilizar y modificar la conducta del animal, pero en situaciones específicas se pueden utilizar grabaciones caseras.

Una de las dificultades que se pueden encontrar mientras se intenta desensibilizar al perro es que se produzca el estímulo de forma real y no controlada. En estos casos es importante no reforzar la respuesta de miedo mediante caricias o tonos de voz tranquilizadores.

Los perros producen de forma natural unas sustancias químicas denominadas feromonas que pueden tener efecto apaciguante. Recientemente se ha conseguido sintetizar estas sustancias de forma artificial y pueden administrarse mediante un difusor ambiental como ayuda en los programas de desensibilización.

¿Por qué tiene mi perro miedo a ciertos lugares?

La falta de exposición temprana a diferentes imágenes, sonidos u olores y las exposiciones traumáticas asociadas a ciertos lugares, pueden generar miedos. Como sucede con los ruidos, el miedo se agrava con los intentos bienintencionados de los propietarios para calmar a su perro. Algunos lugares a los que los perros desarrollan miedo con frecuencia son el coche (pueden asociarlo a nauseas o a traslados a un sitio desagradable), la clínica veterinaria (si siempre se asocia a malas experiencias) o alguna habitación o zona de la casa en la que han vivido una experiencia desagradable.

Es necesario establecer el momento en que el perro empieza a manifestar miedo a medida que se acerca al lugar en cuestión. Por ejemplo, mientras algunos perros permanecen tranquilos mientras deambulan por el garaje y empiezan a agitarse cuando se acercan al coche, otros no manifiestan conductas fóbicas hasta que se encuentran en el interior del vehículo.

La desensibilización y el contra-condicionamiento se utilizan para enseñar respuestas más adecuadas frente al estímulo. Al principio hay que reforzar las respuestas correctas a las órdenes de obediencia como "sienta" o "quieto" con recompensas. El adiestramiento debe llevarse a cabo en lugares en los que el animal no se encuentre expuesto al estímulo para que se centre en el trabajo. Más adelante se pasa a entrenar y premiar al perro en situaciones en las que el estímulo es leve y se va progresando lentamente hasta que se llega a realizar las sesiones de adiestramiento en el lugar que generaba la fobia, ya sea el coche, la clínica veterinaria o una habitación en concreto. El objetivo es que el perro aprenda que no pasa nada desagradable en esas situaciones.

En el ejemplo del coche, se puede empezar dando las órdenes y las recompensas a cierta distancia del vehículo, luego en el interior con el motor parado, después con el motor en marcha y finalmente en movimiento. El proceso debe realizarse en muchas sesiones y el progreso ha de ser muy lento. En el caso de la clínica veterinaria el protocolo es similar: primero se entrena fuera del establecimiento, luego en la sala de espera y finalmente en interior de la consulta. En este caso hay que contar con la ayuda del equipo veterinario para que también premien al animal cuando muestre una actitud relajada.

Cuando se maneja un perro asustadizo es imprescindible ejercer un control suficiente, tanto sobre el animal como sobre el entorno, para evitar accidentes. Los collares de cabeza y las correas permiten tener mayor control sobre el perro.

Si estas técnicas no funcionan, es recomendable pedir ayuda a un especialista para resolver el problema del perro.

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