Falsa preñez, embarazo psicológico, o pseudogestación pueden definirse como una demostración de comportamiento maternal acompañada de signos físicos de gestación tras el estro (celo) en una perra no gestante que puede o no haber sido cubierta.
Muchas hembras muestran signos de pseudogestación. Por lo general, la conducta empieza a de 4 a 9 semanas después del celo. Los signos varían desde desarrollo mamario con o sin producción de leche y lasitud o pérdida de apetito hasta, en ocasiones, vómitos. Pueden aparecer a cualquier edad y no han de darse necesariamente después de todos los celos. La gravedad de los signos clínicos varía entre individuos y de un episodio a otro en un mismo individuo.
Los cambios de comportamiento incluyen la confección del nido, actividades maternales, intranquilidad, rechazo al ejercicio e incluso agresiones contra una supuesta amenaza o contra un miembro de la familia. Es frecuente que el animal afectado deje de comer, pero en raras ocasiones parece perder peso, probablemente debido a la retención de fluidos.
Los cambios hormonales a los que está sometida la perra tras el estro son similares tanto si está preñada como sino lo está. Por razones desconocidas, los cambios en los niveles de hormonas circulantes se acentúan durante la gestación y la pseudogestación.
Los casos leves no suelen requerir tratamiento veterinario y se resuelven solos en 14-21 días.
No obstante, en algunos casos en los que el animal presenta signos externos de enfermedad o cuando los cambios de comportamiento son tan marcados que resultan preocupantes, es necesario instaurar un tratamiento. La terapia puede ir desde la administración de tranquilizantes suaves y diuréticos para reducir la producción de leche hasta el tratamiento hormonal.
Si la hembra no va a utilizarse para la reproducción debe platearse la posibilidad de practicarle una ovariohisterectomía (castración o esterilización).
Si se realiza la esterilización cuando la perra muestra signos de pseudogestación o ha estado recibiendo tratamiento hormonal, los síntomas suelen persistir durante unas semanas a pesar de la cirugía. En estos casos, una dosis única de hormonas es en general suficiente para producir una mejora.