Es importante asegurarse de que su perro dispone de un sistema de identificación, ya sea el perro más querido por la familia o un valioso animal de exposición. La identificación permanente se ha diseñado para ofrecer un modo útil de reunir los perros extraviados con su propietario. También es importante en la erradicación de ciertas enfermedades hereditarias en razas con pedigrí y permite tener un censo actualizado de la población canina de cada lugar.
La implantación del microchip es obligatoria en España, aunque el incumplimiento de esta norma aún o se persigue.
¿Existe alguna otra forma de identificación permanente?
Hasta la introducción del microchip hace unos años, el tatuaje era el único método fiable de identificación, pero tiene sus inconvenientes:
- pueden desaparecer o ser difíciles de descifrar.
- pueden alterarse o desfigurarse de forma fraudulenta.
El método tradicional de identificación era el collar con una placa identificativa. Pero el collar y la placa se pueden perder y es frecuente que la placa que contiene la identificación del dueño se estropee, no pueda leerse o esté deteriorada.
Millones de mascotas acaban siendo adoptadas o sacrificadas todos los años sólo porque los propietarios no pueden localizarlas.
¿Cómo se pone el microchip?
El microchip es aproximadamente del tamaño de un grano de arroz y se introduce debajo de la piel mediante una técnica aséptica. La mayoría de las clínicas veterinarias hoy en día realizan su implantación. La implantación ha de realizarla un veterinario.
¿Cómo funciona el sistema?
El chip implantado lleva un código de 15 dígitos que se archivan en una base de datos junto con los datos del propietario.
Hoy en día los lectores de microchips están muy extendidos y la mayoría de las clínicas veterinarias, centros de acogida o perreras pasan el lector por los animales si creen que se han perdido.
Una vez que se ha encontrado al perro se le pasa el lector y, si lleva microchip, se detectará el código que puede enviarse a la central de datos. Estas centrales, que existen en cada comunidad autónoma, se ponen en contacto directamente con el propietario, pero nunca divulgan los datos al veterinario o institución que ha encontrado al animal.
¿Qué inconvenientes tiene?
- La implantación del microchip es probablemente el sistema más infalible de identificación de que se dispone actualmente, pero depende de los propietarios mantener al día los datos en la base de datos. Es esencial informar de cualquier cambio de domicilio o de propietario.
- La implantación del microchip es un método de identificación invisible que requiere que el perro sea escaneado adecuadamente con el un lector de microchips. Por razones de seguridad los datos del propietario no se divulgan en ningún caso
- La migración del chip preocupa a muchos propietarios. Aunque es verdad que el chip puede migrar desde su posición inicial, por lo general lo hace a distancias muy pequeñas. Por eso es recomendable que en las visitas rutinarias a su veterinario se le pase el lector de microchips al animal para comprobar que el chip sigue siendo legible.
¿Qué pasa si el microchip no se puede leer?
Es importante explorar todo el perro con el lector para asegurarse de que el chip no se ha desplazado y si vuelve a localizarse hay que registrar su posición actual. En raras ocasiones, a pesar de una búsqueda exhaustiva utilizando diferentes lectores, algunos chips no se pueden localizar. En estos casos se puede implantar uno nuevo.
Es importante que el código original no sea eliminado de la base de datos y que los datos del propietario se mantengan actualizados para los dos chips. Así, si en un examen posterior se detecta el antiguo chip, el propietario se podrá localizar.
La identificación por microchip es probablemente el medio de identificación más fiable y duradero de que disponemos hoy en día. No obstante, su fiabilidad depende de que los datos se mantengan actualizados en la base de datos. Si quiere estar tranquilo es fundamental que cualquier cambio de propietario o dirección se notifique cuanto antes. Recuerde que la implantación del microchip es obligatoria en nuestro país. De todas maneras no existe ninguna razón por la que, para su tranquilidad, su perro no lleve siempre un collar con el nombre y la dirección. Además, muchos ayuntamientos exigen también esta identificación.