Es muy frecuente y normal que los propietarios de gatos presenten cierto nerviosísmo cuando se habla de anestesiar a su mascota. Este folleto tiene como objetivo resolver las dudas y aliviar esas preocupaciones.
La palabra "anestesia" proviene de un vocablo griego que significa "sin sensibilidad". La anestesia se consigue administrando medicamentos que deprimen la función nerviosa. Durante los estados de inconsciencia, hay una relajación muscular y una pérdida total de la sensación de dolor. Cuando hablamos de anestesia también incluimos otros tipos de anestesia, tal como la anestesia local, en la que sólo anestesiamos un área concreta como la piel o los dientes, y la anestesia espinal, como el bloqueo epidural, que resulta en la anestesia de una parte concreta del cuerpo.
¿Cuáles son los riesgos de la anestesia?
El riesgo de una reacción adversa cuando usamos cualquier agente anestésico siempre existe, ya sea una sedación corta o una anestesia general que dure horas. Se ha estimado que aproximadamente uno de cada 100,000 animales desarrollarán algún tipo de reacción al agente anestésico. Estas reacciones pueden ir desde una inflamación en el lugar de la inyección, pasando por una disminución leve en el gasto cardíaco, hasta un choque anafiláctico y muerte. Sin embargo, muchos expertos dicen que el riesgo de una muerte por anestesia es menor que el riesgo de tener un accidente en la carretera conduciendo hacia el hospital.
Otros riesgos potenciales asociados a la anestesia pueden aparecer si el gato no ha mantenido el ayuno correctamente. Los pacientes anestesiados pierden la capacidad refleja de deglutir; durante la deglución la epiglotis, un cartílago de la faringe, cierra la entrada a las vías aéreas, previniendo que la comida o el agua entren hacia los pulmones. Si hay comida en el estómago y el gato vomita durante el procedimiento anestésico o en el periodo post-anestésico, el material vomitado podría ser aspirado y pasar a los pulmones, causando lo que llamamos neumonía por aspiración, una condición muy peligrosa.
Otra complicación rara de la anestesia incluye el fallo de algún órgano como el riñón, el hígado o el corazón, pérdida de la visión, desórdenes de la coagulación o convulsiones. Nosotros tomamos todas las precauciones para minimizar estos riesgos durante la anestesia de su mascota. Además, solamente realizaremos una anestesia si los beneficios del procedimiento superan los riesgos asociados.
¿Qué podemos hacer para minimizar los riesgos?
Antes de cualquier anestesia debería realizarse un examen físico y analíticas sanguíneas, y si fuese necesario también análisis de orina y exámenes radiográficos, para detectar problemas clínicos o subclínicos. Existen ciertas condiciones médicas que incrementarán el riesgo de tener complicaciones anestésicas. Entre estas condiciones se incluye enfermedades del corazón, del hígado, del riñón, diabetes mellitus, anemia, deshidratación y ciertas enfermedades infecciosas como la dirofilariosis. Las pruebas sanguíneas aumentan la posibilidad de detectar enfermedades subclínicas que podrían descompensar al paciente. En animales viejos se recomienda realizar radiografías torácicas para asegurarse que no existen patologías del corazón o de los pulmones que incrementarán el riesgo de reacciones adversas.
Tener un acceso intravenoso para la administración rápida de fármacos es una de las armas más útiles en el tratamiento de un fallo cardíaco o respiratorio tanto en pacientes despiertos como anestesiados. Colocar un catéter intravenoso (IV) antes de la anestesia, ayudará a actuar de forma más rápida en caso de ser necesario. Por el catéter IV pueden administrarse fluídos, fármacos anestésicos y fármacos de urgencia.
Los fluídos intravenosos ayudan a mantener la presión arterial en los pacientes anestesiados y reemplazarán las pérdidas de fluidos (durante la anestesia se pierden fluidos por evaporación desde las superficies de las cavidades corporales, debido a los sangrados, y siempre que eliminemos algún tejido). Tras acabar el procedimiento, los fluídos intravenosos acelerarán el proceso de recuperación de la anestesia al diluir los agentes antestésicos y acelerar su metabolismo y eliminación a través del hígado y del riñón. Los pacientes que reciben fluidoterapia IV generalmente se despiertan antes. Además, estudios han demostrado que el 0.9-2 % de todos los pacientes bajo anestesia general desarrollarán disfunciones o fallos renales a los 7-14 días después de la anestesia. Este riesgo se reduce significativamente en los pacientes que reciben fluidos IV durante el periodo perioperatorio. Aunque el 98% de los pacientes no van a presentar esta complicación, el objetivo de tu veterinario es eliminar ese 2 %. Es por esta razón, que todos los pacientes bajo anestesia general deberían llevar un catéter intravenoso y recibir fluidos.
Usted debería asegurarse de que su veterinario tiene toda la información sobre la historia clínica de su gato, especialmente si usted ha visitado otros centros veterinarios. Antes de anestesiar su gato, su veterinario necesitará saber que medicaciones o suplementos ha recibido su gato durante las últimas semanas y cualquier condición médica existente, reacciones adversas a medicamentos, resultados de pruebas analíticas anteriores, y si el gato se ha sometido a cualquier procedimiento anestésico o quirúrgico anteriormente. Otras informaciones que podrían ser útiles para su veterinario incluyen el estado de vacunación y reproductivo (p. ej. cuándo tuvo el último celo).
¿Por qué tengo que firmar el consentimiento de anestesia?
Es muy importante que usted entienda todo lo que le puede pasar a su mascota, que tenga conocimiento y entienda los riesgos potenciales. Normalmente, el formulario incluye también el consentimiento para la cirugía u otro procedimiento diagnóstico, además de un presupuesto. En la mayoría de provincias y territorios, los veterinarios están obligados por las regulaciones de su organización (colegios veterinarios) a pedir un consentimiento escrito antes de realizar cualquier procedimiento antestésico.
¿Cuál es la descripción de una anestesia típica?
Todos los pacientes anestésicos serán pesados durante la admisión y se les realizará una examen físico pre-anestésico, que incluirá un examen del tórax, palpación del abdomen y evaluación de las mucosas (estado de hidratación y evidencias de un buen estado de la circulación). Tras la revisión de la historia médica y antes de adminitrar algún agente anestésico, si fuera necesario, se realizarán exámenes diagnósticos adicionales como pruebas de sangre y orina, presión arterial, electrocardiograma (ECG) o radiografías del tórax y abdomen.
En la gran mayoría de los casos, usamos la técnica anestésica que llamamos "anestesia balanceada". La "anestesia balanceada" consiste en que el paciente recibe una combinación de anestésicos o sedantes que se seleccionarán según las necesidades de cada individuo. La combinación más común es empezar con una inyección de un sedante pre-anestésico combinado con un analgésico, seguido por la administración de un agente inductor que se administra también de forma inyectable. Para mantener el estado anestésico suelen utilizarse agentes anestésicos inhalatorios, que se administran mezclados con oxígeno. Para asegurar una óptima liberación de oxígeno y gas anestésico a los pulmones, se coloca un tubo de respiración llamado tubo endotraqueal que se aplica a través de la tráquea. Además de su función de administrar gas a los pulmones, el tubo endotraqueal sella la vía aérea de forma que evita que el paciente inconsciente aspire contenido gástrico en el caso de que vomitara o regurgitará y disminuye el riesgo de aspirar hemorragias o materiales usados durante la cirugía.
¿Cómo se monitoriza a un gato anestesiado?
La monitorización de la anestesia en medicina veterinaria es similar a la que encontramos en hospitales de personas. A continuación está una lista del equipo de monitorización de la anestesia que se usa comúnmente en medicina veterinaria, así como en medicina humana:
El asistente de la anestesia es lo más importante a la hora de monitorizar un paciente anestesiado. Es un miembro del equipo que ha sido entrenado para monitorizar el paciente durante todo el procedimiento, desde la inducción hasta la recuperación. Los asistentes son los encargados de ajustar los niveles anestésicos según los signos vitales del paciente y asegurar que el paciente permanece estable durante todo el procedimiento.
El electrocardiograma, que suele escribirse abreviado como ECG (o EKG, refiriéndose al origen alemán del término), muestra la frecuencia y patrón de los latidos cardíacos. Detectará y mostrará si hay algún latido abnormal, lo cual recibe el nombre de arritmia. Si aparecen latidos cardíacos abnormales, el anestesista realizará los cambios anestésicos adecuados o administrará las medicaciones de urgencia pertinentes.
La monitorización de la frecuencia cardíaca consiste en medir el número de latidos cardíacos por minuto. La frecuencia cardíaca deberá mantenerse dentro de un rango. La profundidad de la anestesia y la estimulación quirúrgica pueden afectar a la frecuencia cardíaca. Si monitorizamos la frecuencia cardíaca, cualquier incremento o disminución pueden detectarse de forma precoz y pueden hacerse ajustes anestésicos más rápidamente.
La monitorización de la presión arterial mide las presiones sanguíneas sistólicas (cuando el corazón se contrae y bombea) y ocasionalmente las diastólicas (cuando el corazón se relaja y rellena). Junto con otros parámetros, la medición de la presión arterial nos da información sobre el estado cardiovascular del paciente.
El respirómetro mide el número de respiraciones por minuto.
La temperatura corporal se monitoriza, especialmente durante cirugías prolongadas, insertando un termómetro en forma de sonda vía rectal o vía esofágica. Tanto las elevaciones como las disminuciones de la temperatura pueden inducir complicaciones peligrosas. El mantenimiento de la temperatura corporal es especialmente importante en pacientes de pequeño tamaño y pediátricos.
El pulsioxímetro puede usarse para monitorizar al cantidad de oxígeno que hay en la sangre del paciente (SpO2) y la frecuencia cardíaca. Este instrumento siempre debe usarse junto con otros parámetros.
El monitor del CO2 espirado final se usa muchas veces junto con el pulsioxímetro. Este monitor nos permite medir la cantidad de CO2 espirado y ayuda a determinar si el paciente está recibiendo adecuada oxigenación durante la anestesia.
¿Cuánto tardará mi gato en recuperarse de la anestesia?
Con los anestésicos actuales, muchos de los cuales son reversibles, su mascota puede estar casi completamente recuperada de la anestesia en el momento del alta, aunque algunos gatos pueden dormir durante más de 12 a 24 horas después de la anestesia. Si su gato parece extremadamente débil y es incapaz de mantenerse en pie, contacte inmediatamente con su hospital para recibir consejo específico.