Un vómito es la expulsión activa de la comida desde el estómago. Los vómitos pueden ser causados por problemas en el estómago, pero también pueden presentarse como signo clínico de muchas otras enfermedades y problemas. El vomitar no es una enfermedad específica por sí mismo. Los gatos vomitan con relativa facilidad. Ocasionalmente pueden vomitar aún estando sanos, lo cual no indica ninguna anormalidad, especialmente cuando lo que han vomitado ha sido una bola de pelo. Esto se considera normal en los gatos, que van tragando pelos mientras se limpian, y vomitan bolas de pelo periódicamente.
Los vómitos son normales a veces. ¿Cuándo consideramos que pueden ser graves?
Depende de la causa del vómito. En la mayoría de casos de vómitos agudos, en los que el gato ha estado vomitando menos de dos o tres días, los vómitos se resuelven con un tratamiento simple, sin que la causa subyacente sea diagnosticada. Los vómitos crónicos o complicados pueden ser más graves. Pueden inducir problemas secundarios, como deshidratación y desórdenes electrolíticos como el sodio.
Los vómitos pueden estar causados por problemas gastro-intestinales menores, como el haber comido algo en mal estado o con un sabor desagradable. Sin embargo, los vómitos también pueden ser signos de enfermedades más graves, como víricas o bacterianas, obstrucción intestinal por cuerpos extraños, obstrucción del tracto urinario, enfermedades hepáticas o cáncer. Si no se tratan, estas enfermedades pueden llegar a complicarse, provocando incluso la muerte.
¿Cómo reconozco un vómito?
Un vómito puede empezar por un estado de náusea, en el cual el gato se presenta apático y muchas veces irritable. El gato puede lamerse los labios, salivar y tragar repetidamente. El vómito en sí mismo se compone de fuertes contracciones de los músculos abdominales, haciendo que el contenido líquido o comida en el estómago se expulse. Los grandes esfuerzos asociados a los vómitos pueden agotar y estresar al gato.
Es importante diferenciar el vómito de las contracciones abdominales que ocurren cuando un gato tose. Algunas veces puede parecernos tos, porque los gatos expulsan un poco de espuma o liquido que degluten rápidamente. Cuando los gatos tosen, generalmente presentan el cuello estirado y se apoyan con las cuatro patas.
También es importante diferenciar un vómito de una regurgitación. Las regurgitaciones generalmente se asocian con problemas del esófago y es un proceso mucho más pasivo. Aunque no siempre, las regurgitaciones generalmente:
- no incluyen contracciones abdminales o esfuerzo
- la comida expulsada tiene forma de salchicha
- la comida expulsada se vuelve a ingerir
- se producen justo después de comer o beber
¿A qué nos referimos cuando hablamos de vómitos agudos?
Consideramos vómitos agudos aquellos que llevan presentes menos de dos o tres días. La mayoría de los casos responderán rápidamente a tratamiento sintomático simple. En la mayoría de los casos, la causa nunca llega a saberse y suelen estar relacionados con causas triviales como haberse comido algo en mal estado. En algunos casos, los vómitos son tan graves que pueden complicarse con deshidratación. En otros casos, si se sospecha que la causa subyacente de los vómitos es un proceso muy grave, se requerirán tratamientos específicos y más agresivos.
¿Cuáles son los tratamientos sintomáticos de los vómitos agudos?
Los tratamientos sintomáticos no-específicos se recetan como tratamiento inicial con mucha frecuencia en los casos leves de vómitos. Su veterinario puede aconsejarle que retire la comida a su gato por un periodo determinado de tiempo, generalmente entre 6 y 24 horas. Después de este tiempo, normalmente se le aconsejará volver a alimentar a su gato con pequeñas cantidades de forma frecuente de una comida suave y fácilmente digestible. Por ejemplo una dieta basada en arroz hervido y pollo. Es importante que su gato no reciba otra comida durante este período. Sin embargo, asegúrese que su gato tenga agua disponible para evitar la deshidratación. Si el gato va recuperándose, se irá incrementando progresivamente la cantidad de comida hasta volver a la cantidad de comida habitual, y entonces empezaremos a introducir gradualmente su dieta normal.
En otros casos, su veterinario puede prescribirle medicación para controlar los vómitos y la inflamación. De esta manera se le ayudará al organismo a solucionar el problema.
Si su gato no mejora con el tratamiento sintomático, su veterinario puede hacer un cambio en la medicación o proponerle pruebas diagnósticas para encontrar la causa.
¿Cómo decidirá mi veterinario que tipo de tratamiento necesita mi gato?
Hay ciertas cosas que usted puede identificar, y que ayudarán a su veterinario a decidir si empezar con tratamiento sintomático o iniciar pruebas diagnósticas:
- si el gato está deprimido, letárgico o ha tenido fiebre
- si el gato está comiendo
- si ha presentado pérdida de peso
- si en los vómitos habían restos de sangre (puede no ser preocupante si presenta algunas hebras de sangre fresca; pero sí lo es preocupante si el sangrado persiste o se vuelve más copioso)
- si hay dolor o molestias, especialmente en la zona del abdomen
- si está defecando bien, o si el gato presenta estreñimiento o diarrea
- la frecuencia y cantidad de los vómitos
- cuál es la relación entre las comidas y los vómitos
- si el vómito presenta un olor o color determinado
- cuál es la dieta del gato, y si ha habido algún cambio reciente en la dieta
- si el gato tiene acceso a algún otro tipo de comida u otras sustancias potencialmente tóxicas
- si está recibiendo algún tipo de tratamiento o suplemento
- si los animales con los que convive están afectados
¿Qué pruebas diagnósticas pueden ser necesarias?
Si el vómito es grave, o si su veterinario sospecha de un problema subyacente, como una enfermedad renal o hepática, será necesario un tratamiento más agresivo. Puede ser necesario hospitalizar a su gato con fluidos intravenosos para corregir la deshidratación y cualquier tipo de desequilibrio electrolítico. En algunos casos, puede ser necesario la administración de medicamentos para controlar los vómitos. En casos leves, usted podrá tratar a su gato en casa. Puede que su veterinario le pida que administre en casa fluidos o soluciones especiales. Su veterinario le enseñará como hacerlo. Deberá ser muy paciente al principio, porque se requerirán pequeñas cantidades con mucha frecuencia. Si su gato no tolera bien el tratamiento en casa, consulte a su veterinario.
En casos de vómitos crónicos, aunque hayan sido esporádicos, si su gato lleva más de dos o tres semanas vomitando, será necesario hacer pruebas diagnósticas adicionales incluso cuando el gato aparentemente está bien. En estos casos, la causa subyacente tendrá que localizarse para tratar el problema de forma apropiada.
Algunos de las pruebas más comunes son:
Analíticas sanguíneas - Estas pruebas pueden mostrar signos de infección, problemas renales y hepáticos, enfermedades tiroideas, o diabetes y pueden aportar pistas que ayuden en el diagnóstico.
Radiografías - Las cuales pueden ayudar a encontrar anormalidades en el esófago o estómago. Puede estar indicado un contraste de bario para identificar obstrucciones, tumores, úlceras, cuerpos extraños, etc.
Endoscopia - La cual permite visualizar directamente dentro del estómago a través de un tubo de endoscopia flexible, y aportará el diagnóstico en algunos casos mientras en otros permitirá obtener muestras para biopsia. La endoscopia requiere anestesia general.
Laparotomia - Esta prueba o una cirugía exploratoria será necesaria en algunos casos, particularmente en los casos de obstrucción o cuando se requiere tomar una biopsia. La laparotomía puede ser tanto diagnóstica como terapéutica.
Una vez se ha realizado el diagnóstico, el tratamiento podrá basarse en dietas especiales, medicaciones o cirugía.